Nunca he sido de los que profesan una adoración extrema a nadie. Es más, me repele la gente que hace apología de ciertos gustos musicales de los que carece. Coño, si no conoces a los jodidos Ramones, no te pongas una camiseta suya. Por eso nunca he sido muy partidario de todo el merchandising que se monta siempre entorno a ciertos grupos, generalmente mitificados. Pero "él" es "él". Ian es Ian. Y Joy Division lo merece.
"I used to work in a factory, and I was really happy because I could daydream all day."